Como sabemos, dormir es la principal actividad de descanso que tenemos los seres humanos. Es esencial en todas las etapas de la vida, pero en el caso de los niños y adolescentes está directamente relacionado con su desarrollo físico, mental, emocional y psíquico.
Tras un día ajetreado de escuela y tareas, juegos, brincos, llantos, deportes y mucho aprendizaje, el cuerpo y la mente de tus hijos necesitan un descanso para renovar energías. Es como darles una pequeña pausa para “recargar pilas”; incluso puede ser necesario que duerman una pequeña siesta antes de poder seguir con las actividades diarias. Dormir bien favorece su desarrollo físico, ayuda a que el sistema inmunológico pueda combatir de manera eficaz las enfermedades, favorece un mejor desempeño escolar, la consolidación de procesos de aprendizaje y memoria, entre muchos beneficios más.
Por el contrario, si los chicos no tienen descanso suficiente y el tiempo adecuado para dormir, es posible que al día siguiente se sientan cansados, con dolor de cabeza, distraídos o malhumorados. Tal vez no puedan entender ni pensar con claridad. Les costará mucho trabajo seguir instrucciones, estarán irritables y quizá hasta peleoneros. Si son muy pequeños llorarán con facilidad, se pondrán demasiado activos y en la noche les costará mucho conciliar el sueño. En los adolescentes, la falta de descanso y sueño adecuados ocasionará mala conducta, mayor propensión al fracaso escolar, así como cambios severos y súbitos de ánimo.
¿Por qué no duermen bien? La respuesta puede contener cuestiones tan simples como que el chico se ha quedado hasta la madrugada mirando la televisión o jugando videojuegos, hasta algo mucho más severo como padecer un trastorno del sueño (sonambulismo, bruxismo, pesadillas, terrores nocturnos, insomnio, etc.). Lo que es importante tener claro es que, sea cual sea la causa, habrá que evitar que se vuelva crónico y se convierta en un problema que afecte su vida y su desarrollo psicológico y físico.
¿Qué hacer para que duerman mejor? Es tarea de los padres cuidar la posibilidad de que sus hijos tengan mejores oportunidades y condiciones de sueño y descanso, previniendo así consecuencias graves que les afecten a menor o mayor plazo y mengüen sus capacidades y aptitudes. Estas son algunas medidas generales a tomar en cuenta para lograrlo:
Deben procurar que los chicos se acuesten a dormir y se levanten a la misma hora, sobre todo entre semana. Los fines de semana podrían acostarse un poco más tarde y levantarse un poquito después de la hora indicada.
En el dormitorio no deberá de haber televisión, videojuegos, celulares ni aparatos electrónicos que puedan servir como distractores. Habrá que asignar otro espacio de la casa para ellos.
El ambiente, la temperatura y la luz deben ser adecuados y ayudar a los chicos a estar tranquilos y relajados.
No llevar a la cama a los niños después de hacer alguna actividad física o jugar juegos demasiado energéticos, pues esto les impedirá conciliar el sueño.
Procurar que antes de dormir hayan comido algo ligero y saludable. Irse a la cama con el estómago vacío o tras una cena demasiado abundante no les permitirá descansar.
Cuidar que no haya exceso de ruido en la casa cuando los chicos va a dormir.
Evitar que tomen café, té con cafeína, bebidas muy azucaradas, etc., antes de ir a la cama.
Para los niños pequeños, las canciones de cuna o leerles un cuento son medidas muy afortunadas para ayudarlos a dormir.
Establecer desde muy temprana edad una rutina: baño, cena, lavado de dientes, ir a la cama. El punto es que en ellos se forme un hábito de “buen dormir”
Bajo ningún motivo administre sedantes, somníferos o inductores del sueño (aunque sigan ser naturales) a los niños, sin antes haber consultado a un médico.
Comments