En cualquier momento histórico de la humanidad, la atención hacia nuestras formas de pensar, sentir, percibir, relacionarnos, acomodar la realidad y cualquier otro verbo al que la psicología o humanidades dediquen su estudio, se vuelve trascendente para vivir la vida que queremos. Esto no necesariamente significa lo que he escuchado de mucha gente: “todos deberíamos ir a terapia en algún momento”. Esto, por el simple hecho de que cualquier cosa puede ser terapéutica en si misma.
Una herramienta terapéutica pueden ser muchas cosas pero tienen como principal atención, la solución o resolución (real y/o percibida) de algún tema (o temas) en mi vida que sea problemático. Por ejemplo, las CONSTELACIONES FAMILIARES son una herramienta terapéutica basada en el método creado por Bert Hellinger y aunque he sabido de personas que lo utilizan como terapia, NO es terapia. Sin embargo, los efectos vividos por quienes asisten, son tan intensos y sanadores que dan la sensación de “cura” en relación a aquello que me aquejaba.
Había mencionado que cualquier cosa puede ser terapéutica y eso no significa que sea terapia. Una plática con un ser querido puede ser terapéutico, un viaje, un momento íntimo, leer, hacer ejercicio y una larga lista de etcéteras pero tienen como principal característica que me dan la sensación de alivio, cura, asentamiento, alegría o similares. Muchas veces podemos vivir los efectos de una herramienta terapéutica sin tener la intención de hacerlo pero obteniendo sus efectos. La otra parte de esto es que una herramienta terapéutica tiene una fecha de caducidad corta en relación a los efectos experimentados.
Una terapia, proceso terapéutico, análisis o acompañamiento se vale de herramientas terapéuticas (las que conozca el profesional y las propias de su teoría) para apoyarse en la INTENCIÓN de brindar atención al paciente de manera sostenida y con la frecuencia que establezcan para apoyar a, lo que popularmente se expresa como: “se conozca a si mismo”. Mi foco teórico expresaría lo anterior más bien como que: “conozca sus relaciones y formas de llevarlas”.
Entonces, ¿porqué ir a terapia?, ¿con quién ir a terapia?, ¿cuál es el enfoque teórico que me conviene? y otras preguntas relacionadas a la decisión de asistir a un proceso terapéutico. Dentro de las áreas de atención de la Psicología, la terapia o proceso terapéutico está en el área clínica. Lo primero que hay que saber es que es que para ir a terapia, vale la pena investigar antes algunos aspectos clave acerca del profesional, por ejemplo: ¿qué enfoque teórico utiliza para su atención?, ¿dónde estudió sus posgrados clínicos?, ¿para cuánto tiempo de terapia me siento preparado?, ¿los asuntos que quiero atender me siento mejor atendiéndolos con mujer u hombre?, ¿me importa o no la edad de quien me atienda? Muchas de estas preguntas y otras que pudieran surgir de la inquietud de buscar un proceso terapéutico, pueden ser resueltas simplemente preguntando a algún profesional del área clínica de la Psicología. En un texto posterior, escribiré, de manera escueta, los diversos tipos de terapia a los cuales pudiéramos acceder.
Juan Sánchez-Kidwell
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