La adaptación de lxs niñxs a cualquier circunstancia es maravillosa, suelen salir bien paradxs y airosxs de las distintas situaciones que les presente la vida, con esto no quiero decir que no tengan consecuencias. Y es una lástima que esa capacidad la vamos perdiendo conforme crecemos. Así, vemos que lxs niñxs son resilientes natos. Aunque en este momento no me dedicare a hablar de la resiliencia, para aquellos que no sepan a qué me refiero, básicamente es la capacidad de sobreponerse a situaciones difíciles.
Una de mis principales preocupaciones durante estos meses, ha sido qué consecuencias tendrán mis hijas de estar tanto tiempo en casa; mi cabeza vuela y empiezo a considerar todo lo que se están perdiendo y también la falta de experiencias.
En realidad no se sabe a ciencia cierta las consecuencias que tendrá en lxs niñxs esta situación. Estoy segura que, como cualquier experiencia importante, tendrá un impacto y repercusión en sus vidas y la forma en que verán y entenderán el mundo. Pienso que no sabremos en realidad el alcance de esto, así como muchas otras situaciones en las que nunca sabremos a ciencia cierta qué repercusiones tienen o tendrán en nuestras vidas.
Uno de los aspectos que más ha quedado en evidencia, es en el uso de la tecnología: en más de una persona - incluida yo misma -, he escuchado decir que si esto hubiera pasado hace algunas décadas, las dificultades a las que nos enfrentaríamos serían mayores, pues para empezar no podríamos trabajar a distancia o hacer compras a través de una app y mucho menos conseguir en línea casi cualquier cosa que se nos ocurra hoy, así como poder poder ver y sentir a nuestros familiares y amigos de cerca gracias a las videollamadas o videoconferencias.
¿Qué implicarán estas nueva formas de relacionarnos a través de una pantalla?
He observado y me he maravillado. Los que tengan hijxs podrán constatar: cómo el no estar presente físicamente no representa un impedimento para jugar con mi hija, por ejemplo; o inventar juegos a distancia con sus amigxs, abuelxs, primxs ha sido algo cotidiano, donde cada uno y desde su propia casa, usan todo lo disponible (espacio físico, objetos cotidianos, juguetes, etc.), para involucrar al otro con la finalidad de hacerlo sentir que está ahí, de manera activa en el juego. Así, en mi casa han habido desde pijamadas, desfile de muñecas, la escuelita, ¡hasta una aventura en un iglú!.
Para lxs niñxs es fundamental relacionarse con sus pares, no importa la edad que tengan, aunque entre más grandes cada vez va siendo de mayor relevancia; ellxs lo necesitan para un sano desarrollo, es donde practican habilidades sociales, obtienen aprendizajes, desarrollan lenguaje y pueden comparar su mundo, además de que les brinda un espacio único. Favorecer e impulsar estos espacios justo ahora que vivimos tiempos de confinamiento, usando las tecnologías que tenemos a nuestro alcance, les da a lxs niñxs un espacio para seguir creciendo junto con sus pares y preservar su salud mental y emocional, y como consecuencia añadida, también la de mamá, papá o el adulto que esté a cargo.
El ambiente que se viva en casa es determinante para como lxs hijxs vivirán estos momentos de su vida, pero la posibilidad de mantenerse cerca de sus amigxs tiene la misma importancia.
“Tener a nuestros seres queridos cerca (sin importar el medio que usemos) es una maravillosa técnica de supervivencia que la evolución ha incorporado a nuestro organismo.” J. Bowlby
Valentina Pérez Rodríguez
Comments