Existen eventos sociales que favorecen que nuestros estados de ánimo vayan cambiando de acuerdo a los resultados que el evento vaya presentando y está directamente relacionado a las expectativas que previamente tenemos hacia este.
Estos días y los siguientes, serán días de euforia (no para todos) por el mundial de futbol que se celebra en Brasil y me invita a una pregunta, ¿nuestra felicidad depende de cómo le vaya a la selección de nuestro país? La respuesta automática es claramente “no”, aunque quizá esta sea la respuesta natural para no sentirnos en evidencia o avergonzados y no forzosamente es real en relación a nuestra experiencia personal. Me voy a atrever a decir que esta pregunta y la posible respuesta que planteo pueden estar siendo una evidencia de vivir necesitado de emociones como euforia, felicidad, alegría, entre otras, por un lado y por otro, la dificultad de estar experimentándola en algo efímero y externo a nosotros como el resultado de un partido de futbol. Pero es verdad que muchas veces esto lo hacemos no sólo con el resultado de un partido, si no también, con una mascota, el dinero, una religión, un dios, un trabajo, una droga, el alcohol, la comida, una pareja y un sin fin de ejemplos que podría seguir anotando. Una pregunta sencilla que puede surgir de lo anterior es, ¿mi vida, felicidad o algo mío depende de alguno(s) de lo(s) ejemplo(s) anterior(es)? y una respuesta natural es otra vez “no” para llegar al mismo resultado de la vergüenza. Entonces, ¿qué hace que mi vida esté tan centrada en otras personas, cosas, ideas, objetos, etc. cuando yo sólo me quiero sentir bien conmigo mismo y no lo logro?
La pregunta anterior y quizá muchas otras son parte de varias preguntas (posiblemente enredadas) que pueden acercarnos a saber acercarnos a respondernos ¿quién soy?, ¿para qué quiero tal cosa?, ¿qué es importante para mi?, entre otras. Pero con la “dificultad” actual de vivir en un mundo que fácilmente puede distraernos de todo lo que en esencia soy y quiero ser, cómo quiero construirme y qué es para mi importante de mi propia vida (tomando en cuenta que todo esto cambia constantemente), resulta fácil perdernos en tantas “distracciones” que nos dan sensaciones agradables pero que no sustentan nuestro ser lo suficiente para sentirnos, entre otras muchas cosas, contentos con la totalidad de nuestra experiencia de vida actual.
Es importante considerar que todo lo anterior funciona de manera individual y que no existe más que posibles generalidades. Por ello, el espacio de terapia (individual, grupal o de pareja) se vuelve una oportunidad para explorar cómo nos sentimos ante nuestra vida y lo que de ella deviene. En Agalma existen muchas opciones para poder acercarnos a un proceso de psicoterapia desde un punto de vista distinto.
Personalmente, hoy me siento muy contento porque ganó México y he sido un entusiasta del futbol desde que tenía unos cuatro años pero para mi, esto no es ningún significado de gran celebración y mucho menos de felicidad. Sin embargo, sí es una gran aportación para reconocer que hoy día me siento bien conmigo mismo y la vida que tengo en general, agradecido por la gente que me rodea, lo que puedo aportar y he podido recibir de todos ellos con mucho cariño y eso lo aplaudo. Considero que los diversos procesos de terapia que he tenido a lo largo de mi vida han aportado en buena medida para aprender a reconocerlo y no vivir en piloto automático ante mis euforias futboleras. Por esto, quiero compartir un video que ejemplifica mi sentir pero sobretodo, buena parte de lo que he escrito en este texto.
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