Es la segunda vez que hago un pacto de ésta clase y estaba seguro que el primero sería el definitivo: mi mejor amigo actual y yo hemos decidido hacernos saber, en caso de defunción de alguna de las partes, si existe o no un ”algo” más allá de ésta vida. La señal elegida es que el descarnado deberá prender y apagar alguna luz de cualquier habitación o baño, de preferencia con el superviviente y algún testigo disponible para alejar dudas sobre un episodio esquizoide (y por favor no pensemos en alucinación colectiva, porque eso le quita lo romántico al tema), además de otorgar objetividad al fenómeno y apropiada difusión. Así de sencillo.
La primera vez que hice un pacto de caballeros muertos, fue con mi mejor amigo que la vida me regaló desde la primaria y decidió reclamarlo hace poco más de 9 años; pocos días después de su muerte, yo le suplicaba que si de verdad tenía facultades y potestad no solo para escucharme, sino de lograr prender y apagar cualquier luz que se le antojara, que por favor no lo hiciera.
Entonces…queremos o no queremos constatación de que “algo” en verdad sucede cuando las personas que amamos mueren? Y, por lo tanto, lo mismo podríamos esperar para nosotros, nos guste la idea de la vida eterna o no. Pero tal vez lo que en realidad no queremos son pruebas de que, ya muertos todos, La Nada nos espera. Actualmente, parecer ser que no hay dogma religioso, alguna posible corriente espiritual o argumento científico que nos sustente al 100% el duelo por la pérdida de un ser querido. Y para nada es locura decir hoy que estamos seguros que El Vacío está a la vuelta de nuestra muerte, y luego mañana sostener con pasión que la trascendencia nos espera más allá de la Tercera Dimensión. Lo que pasa es que tenemos miedo, y lo hemos heredado desde aquéllos primitivos seres que, así como nosotros hoy, no sabían qué hacer con éste tema.
Para mí, la única razón correcta para apoyarme en un dogma religioso, alguna corriente espiritual o argumento científico a la hora de enfrentarme a la muerte ajena y luego propia, es aquélla donde decida creer hoy.
Por lo pronto, si me toca morir antes y si luego la oportunidad se me ofrece, cumpliría con sobrados esfuerzos el pacto de los caballeros muertos para encender y apagar luces hasta que ya no sea divertido…para mí.
Julio Cesar Rueda.
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