Definir tus metas es primordial para poder realizar actividades en favor de ellas, ya que en el proceso encontrarás emociones, pensamientos y sensaciones que te acercan a esos deseos, que con esfuerzo, dedicación y un plan se convertirán en metas.
En estudios sobre los hábitos, se identifican 3 componentes del porqué fallamos o realizamos procesos inefectivos para definir metas. El día de hoy mencionaré el primer componente: fijar metas ambiguas, pequeñas o irrelevantes.
Metas ambiguas: tal como: “quiero ser rico”, “quiero ganar el triple”, “quiero ganarme la loteria”, etc...Regularmente nos fijamos metas extremadamente difíciles o inalcanzables desde el punto donde estamos: “terminar un maratón... si jamás salimos a correr al parque”.
Metas Pequeñas: Realizar listas de qué hacer, en lugar de metas; estas listas son utilizadas frecuentemente para el día a día, muchas veces nos perdemos en pequeñeces o esfuerzos desconectados unos de otros, e inclusive son momentos de brillantez que no perduran a lo largo del tiempo.
Metas irrelevantes: metas que no estén alineadas con tus valores, tus propósitos y que finalmente no son sostenibles. Algunos pensarán en adquirir una casa, pero para otros es más importante una vida con viajes y experiencias, ambos son igual de válidos.
Definir una meta, es un proyecto que requiere planes proactivos, mejorar hábitos, dar seguimiento a los objetivos de manera semanal, mensual e inclusive anual, para llevar tu vida a otro nivel. Las metas son desafiantes pero también muy satisfactorias.
Propuestas:
Tener en mente lo que realmente quieres. Para ello recomiendo ser muy honesto con uno mismo y empezar desde cero. ¿Qué es lo que realmente quiero? Para desarrollar más esa conciencia puedes recurrir a la meditación (quitando todo el ruido y distractores), escribir en tu diario, leer documentos o artículos que estén alineados a tus valores, tus pasiones o tu propósito mayor, asistir a psicoterapia.
Seguir un método, recomiendo el SMART por su siglas en inglés, que significa:
(S) Específicas.- metas detalladas y concretas.
(M) Medibles.- metas que se puedan medir con facilidad.
(A) Alcanzables.- metas “creíbles”, si son poco realistas generan estrés.
(R) Relevantes.- metas que sean vinculadas contigo y tus propósitos.
(T) Temporales.- metas con un marco temporal para su realización.
Finalmente fijarse metas grandes, cautivadoras y retadoras, que te hagan sentir un poco de incertidumbre del ¿Cómo alcanzarlas?, que te hagan pensar ¿Cómo podré lograrlas? Eso hace que tú “yo” del presente pueda crecer y superarse para poder alcanzarla, creando una nueva versión de ti.
MAD en Act. Gerardo Zúñiga P.
Centro Agalma.
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