La salud financiera se define como: un estado de las personas que se caracteriza por poder cumplir sin problema con sus obligaciones financieras, sentirse tranquilo con respecto a su futuro financiero y con libertad para hacer planes de crecimiento e inversión.
En esta definición encontramos elementos cercanos a nuestras emociones, se habla de un estado, de un sentimiento: tranquilidad, aspectos de los que hablamos cotidianamente como el futuro y la libertad. Nos mueve a buscar y entender qué significa esto en nuestro día a día, en los siguientes escritos compartiré con ustedes conceptos, reflexiones y estrategias para poder apoyar a la construcción del ansiado término de Libertad Financiera.
El primer tema será cómo se relaciona la salud emocional y la salud financiera los cuales van muy de la mano, con nuestro manejo del dinero. La salud financiera tiene dos factores primordiales la educación y la administración, ante estos factores como en la salud emocional se requiere de un esfuerzo propio y el apoyo de expertos en el tema.
En mi experiencia personal y profesional he visto como muchas personas y empresas sienten, piensan o perciben que algo no está bien, que se quedan cortos al final de la quincena, que tienen sueños que por alguna u otra razón no pueden lograr, que tienen planes a futuros que dejan pasar, o la típica frase “para después o luego”. Todos estos eventos son síntomas de que algo no va por buen camino o que no te sientes satisfecho con tu situación financiera.
Uno de los mayores aprendizajes que obtuve fue: “toda decisión está relacionada a las finanzas”. Ampliando este concepto empresarial a la vida personal toda decisión que se tome en la vida tiene una implicación directa con nuestras finanzas. Ejemplos de la vida cotidiana son:
Cambio de casa: mudanza, que hacer con los muebles, comprar cosas nuevas e inclusive si comprar un seguro por daños.
Matrimonio: tan simple como el pago ante el juez, la ansiada fiesta, el vestido, la comida, los arreglos y un sin fin de detalles que sería bueno ponerle un límite o presupuesto.
Desempleo: que pasaría si me quedo sin trabajo como pagar la renta, la luz, el internet, los servicios y durante cuánto tiempo podría mantener el mismo nivel de vida que llevaba sin ingresos.
Un bebé: todos los preparativos para la llegada del mismo, las adecuaciones en casa, ropa, accesorios y algo tan simple como el pago del hospital.
La muerte: en que se incurre cuando hay un fallecimiento si se tenía seguro de vida, el costo funerario, si se procede a cremar o al cementerio.
Universidad: la colegiatura, los útiles, transporte, eventos, etc
Comprar o rentar casa: ¿que es mejor?
Trabajar: uniforme, ropa, traslados, comida, etc.
Auto: gasolina, seguros, tenencia, verificación, mantenimientos, etc.
Negocio: constitución, nómina, gastos operativos, mercadotecnia, etc.
Jubilación: que nivel de vida me gustaría tener, donde me gustaría estar y quiero hacer en el futuro
Finalmente la vida diaria: alimentación, renta, transporte, servicios, etc.
Con los ejemplos antes mencionados te invito a reflexionar si te ha pasado alguno de estos eventos donde sientes o percibes que querías hacer algo y por cuestiones de dinero no se pudieron lograr, que sentiste, que emoción surgió en ti y que quisieras para un futuro. De la misma manera si lo lograste, ¿Cómo te hizo sentir contigo mismo?
MAD en Act. Gerardo Zúñiga P.
Centro Agalma.
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