Puede ser cansado y abrumador. Resulta emocionante y reconfortante, aunque el miedo y la angustia también están presentes. Se siente calma y tranquilidad. En ocasiones enojo y frustración. La culpa se asoma en algunos momentos, así como la desesperación. La ternura y el amor brindan momentos de alegría y entusiasmo. Cuando se termina la melancolía y la tristeza se aparecen en algunos momentos.
Ninguna lactancia es igual, las experiencias son tan diversas como mamás e hijxs. Son una explosión emocional.
Se necesita estar apoyada y acompañada para lograrlo, aunque es una experiencia que sólo puede realizar la diada mamá-bebé. Contar con el soporte y la contención del entorno es fundamental para lograr una lactancia exitosa.
Una lactancia que se disfrute y sea benéfica para lxs dos, que alimente y no únicamente en lo físico, que incluya lo emocional y al vínculo.
Valentina Pérez Rodríguez
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