Siempre he preferido el trabajo en equipo para aportar soluciones: una tormenta de ideas entre varios cerebros es lo mejor para aportar y pulir pensamientos que den como resultado aquello que hace falta, aquello que se necesita. Y la salud emocional (individual, de pareja o grupal), al estar en constante movimiento requiere constantes y múltiples opciones; Agalma es un proyecto, un espacio formado por sus colaboradores donde cada uno de nosotros propone, escucha y aprende de cada circunstancia y reto que se presentan, desde las distintas formaciones e historias de vida. Por ejemplo, en mi caso, lo que en un momento tomé como aprendizaje para mi propio estar en éste Mundo -el estudio y la práctica delYoga-, ahora lo devuelvo y lo ofrezco a Agalma en forma de soluciones prácticas enfocadas a problemáticas particulares. Y puedo decir lo mismo de cada uno de mis compañeros y colaboradores.
Por otro lado, para darle vida y función a un grupo, no basta con tener objetivos académicos, sociales o económicos similares: hace falta una chispa en común, y en Agalma lo identificamos como el deseo de aportar un grano de arena para hacer mejor nuestra realidad; o, por lo menos, para que quienes estamos en ella, podamos tener opciones de cómo abordarla y solucionarla.
En todo caso, he visto y experimentado en el Yoga (Hatha Yoga, para ser más específicos) una opción real y práctica, generadora de cambio físico, mental, intelectual e incluso espiritual. El ejercicio y el conocimiento gradual del Yoga, piden una cierta cantidad de disciplina y esfuerzo que dan como resultado un beneficio personal, imposible de ser explicado a alguien que no lo conoce.
Si bien es cierto que Yoga significa Unión -con suficientes y antiguos caminos para saber cómo acceder a dicha unión-, en Agalma nos apoyamos en el Hatha Yoga por ser la práctica que exige un poco más de dinamismo en la forma de llevar las ásanas (posturas) y el pranayama (la respiración), porque estamos seguros que, ante cualquier forma de dolor, incomodidad, duda, crisis o problema, lo mejor es empezar a moverse en tiempo y forma, al ritmo y tiempo que cada uno tenemos. Igual que en el Hatha Yoga.
Hace tiempo que las fórmulas para el “saber hacer”, las cuales estaban escritas en piedra, se fracturaron y el nuevo paradigma que nació de ello nos dice que los procesos que se resuelven de forma lineal o unilateral, tarde o temprano vuelven a levantar la voz como si de clientes insatisfechos se tratase: hoy, los procesos personales, grupales o empresariales necesitan abordarse multifactorialmente (podríamos decir holísticamente, de “holismo”, donde todas las propiedades de un sistema no pueden ser determinadas o explicadas como la suma de sus componentes. En otras palabras, el holismo considera que el sistema completo se comporta de un modo distinto que la suma de sus partes). De éste modo, el trabajo integral en Agalma no ofrece sólo Psicoanálisis o Psicoterapia, ni Psicodiagnósticos o Talleres y Pláticas, y mucho menos Yoga: Agalma, después de muchas ideas, conceptos y propuestas, ofrece posibilidades de Salud Emocional.
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