“Acercarse con amor, una vez alcanzada su meta, es mucho más exigente que aproximarse con rabia”. Bert Hellinger
Suele ser común que exista la actitud hacia el amor en pareja en la que parece que el otro tiene que ser puesto ante un juzgado para que le sea dicho todo lo que “está mal” o no le gusta de esa persona y tenga entonces que cambiar. Inclusive, social, familiar y laboralmente puede reproducirse esta actitud al buscar constante aprobación con los demás, exhibiendo asuntos de su pareja (sin notar que quizá también se exhiben ellos mismos) que lo dejan en aparente desventaja con respecto a quien lo critica y ante otros. Existe un concepto que se encuentra vinculado con otros – Los límites del dar y del tomar – que es necesario conocer y entender, ya que, juega un papel muy sutíl en la dinámica de una pareja. Generalmente, este tipo de actitudes develan asuntos inconclusos con los propios padres pero ese será tema de otra ocasión.
Es importante separar el sexo del amor y entender que existen ambos sin necesidad del otro. Contrario a lo que se piensa, la grandeza del sexo es mayor a la del amor, mientras que las relaciones sexuales, por sí sólas, pueden generar otra vida y el amor no. No por ello, es una mejor que la otra, sólamente cumplen funciones distintas en relación a nuestra vida. El amor implica cuidado, atención, preocupación e interés por el otro, el sexo no tiene estas características por sí sóla.
“Los hombres y las mujeres a veces descubren que es difícil encontrar a la pareja deseable para el matrimonio. Puede ser cierto. Pero hay otro componente en la situación: no es suficiente encontrar a la persona adecuada, nosotros debemos ser la persona adecuada.” H. Jackson Brown
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